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Agricultura


Café

Se llama café o cafeto a un género de árboles de la familia de las rubiáceas, a sus semillas y a la bebida que se prepara con ellas. Dentro de este género encontramos numerosas especies, entre las que sólo dos se utilizan para la preparación de la bebida: la arábica y la canephora (también llamada “robusta”).

Los arbustos de cafeto pueden alcanzar alturas de 4 a 6 metros y tienen hojas ovaladas, lustrosas y verdes. Para su cultivo, el cafeto requiere un clima húmedo y templado (entre 13 y 26 °C) y una altitud que oscile entre los 1 000 y 1 300 metros sobre el nivel del mar. Además, necesita un suelo rico, húmedo y bien drenado. Se recomienda utilizar variedades que produzcan más con plantas pequeñas, lo que facilita la cosecha.

México juega un papel estratégico en la producción de café. Más de 500 000 productores en 14 estados se dedican a su cultivo, principalmente en Chiapas, Veracruz, Puebla y Oaxaca, que concentran 90 % de la producción en una superficie de aproximadamente 700 000 hectáreas con un rendimiento promedio de 1,26 tn/ha. La mayor parte de la producción cafetalera nacional se basa en el uso intensivo de mano de obra, apenas cuenta con tecnología y no dispone de asistencia técnica.

Productor de café

Cosecha de café

En México, el principal mercado es el nacional. De lo que se exporta, aproximadamente 53.85% se envía a Estados Unidos, y el resto se distribuye en países de la Unión Europea, así como en Japón, Cuba y Canadá. En los últimos años, la caída de precios en el mercado mundial y problemas como la propagación de la roya han desalentado la producción nacional en casi 50%. Ante esta situación, se ha implementado una nueva política pública para revitalizar la industria cafetalera en México.

La cafeticultura, especialmente en sistemas bajo sombra (que en México constituyen aproximadamente el 90% de la superficie cultivada), provee también importantes servicios ambientales como la conservación de la biodiversidad local, el mantenimiento de la cobertura vegetal y la preservación de especies nativas. Además, en paisajes dominados por cafetales, se han encontrado efectos significativos entre el uso sostenible de la tierra y la diversidad de abejas, que en sí mismas mantienen diversas e importantes funciones ecológicas como la polinización, lo que se constituye en otros servicios ecosistémicos de elevada transcendencia. Es importante mencionar también que las regiones cafetaleras habitualmente coinciden con ecosistemas endémicos de altísimo valor ecológico y son una gran fuente de patrimonio biocultural históricamente manejado por comunidades indígenas.