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Agricultura en México
El campo mexicano evidencia diversas problemáticas a nivel social, ambiental y económico que provocan que este sector esté rezagado en muchos sentidos. Esto, a su vez, representa un obstáculo para satisfacer la enorme demanda de alimentos de la población nacional. México es el décimo país más poblado del mundo, con una cifra que en 2020 alcanzó 127.8 millones de personas, de las cuales solo el 23% vive en áreas rurales. Alcanzar la seguridad alimentaria ha sido y continúa siendo todo un reto, ya que el 20.4% (25.5 millones) de la población presenta algún tipo de carencia relacionada a la pobreza por falta de acceso a la alimentación.
Desde una perspectiva económica, el sector rural es un sector sumamente empobrecido que no ha sido aprovechado en su máximo potencial. La producción total agropecuaria sólo representa 3% del PIB (en 2018) y solamente el 13% de la fuerza laboral está empleada en la agricultura. Además, existe una evidente brecha de distribución de la riqueza entre áreas rurales y urbanas. “Seis de cada diez habitantes de zonas rurales son considerados pobres, en contraste con los cuatro de cada 10 en zonas urbanas” (FAO,2019, 2).
Por otro lado, es imprescindible tomar en cuenta el aspecto medioambiental de la agricultura al momento de considerar las formas de desarrollo del sector. La agricultura depende en gran medida de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Sin embargo, el verdadero valor de los productos agrícolas y los costos ambientales asociados con las prácticas agrícolas no sostenibles a menudo son pasados por alto. A pesar de que el sector agropecuario es uno de los sectores más afectados por la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, también es uno de los principales causantes de estos procesos.
México es uno de los países con mayor diversidad biológica y cultural en el mundo. Desafortunadamente, el país ha perdido alrededor del 50% de sus ecosistemas naturales, con una superficie deforestada de 92 mil hectáreas anualmente en promedio de 2010 a 2015, en parte debido a la expansión de la frontera agrícola. De igual forma, la afectación de los suelos y agua es considerable, ya que el 44.9% de los suelos presenta algún tipo de degradación y la creciente presión sobre el uso del agua se ha visto incrementada por el cambio climático. Debido al calentamiento global, el país ha sufrido dos años consecutivos (2019 – 2020) de sequía atípica debido al calentamiento global.
Es necesario romper este círculo vicioso en el que la agricultura provoca el rápido deterioro de la naturaleza y los recursos naturales, ya que depende precisamente de un buen funcionamiento de los ecosistemas. El sector sólo puede prosperar y obtener productos de calidad en un ambiente sano, del cual pueda beneficiarse de suelos fértiles y abundantes, contribuyendo de forma simultánea al bienestar de las personas y del ecosistema.
