1] Los sistemas alimentarios mundiales son responsables de alimentar a 7.7 billones de personas, emplean a cerca del 30 % de la población mundial (Banco Mundial, 2018), ocupan aproximadamente el 11 % de la superficie de la tierra para la producción (FAO, 2011), emplean el 70 % del agua dulce (FAO, 2011) y son la principal fuente de sustento de cerca de 2.5 billones de personas que viven en zonas rurales (FAO, 2013).
[2] Véase El estado de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura del mundo. Este reporte ofrece una evaluación de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura (BAA) y su gestión en todo el mundo, basándose en la información proporcionada por 91 informes de países (preparados por más de 1,300 colaboradores), 27 informes de organizaciones internacionales y aportaciones de más de 175 autores y revisores. Disponible en http://www.fao.org/3/CA3229ES/CA3229ES.pdf
[3] Tomado de FAO (2020). Estrategia de la FAO para la integración de la biodiversidad en los distintos sectores agrícolas. Disponible en http://www.fao.org/3/ca7722es/ca7722es.pdf
Los beneficios y costos asociados con la conservación y degradación de la naturaleza se han excluido en gran medida de las políticas, los mercados y los precios que dan forma a los patrones de producción y consumo de las personas, las opciones de inversión, los usos de la tierra y las prácticas de gestión de los recursos. Esto significa que muchas decisiones se han tomado con base en información parcial, lo que ha llevado a la degradación de los ecosistemas.
Como resultado, la biodiversidad y los ecosistemas están siendo degradados en todo el mundo, poniendo en peligro su capacidad de prestar servicios clave para los seres humanos, perdiendo así oportunidades de desarrollo y ocasionando pérdidas y costos económicos significativos. La restauración de los ecosistemas y la sustitución de sus servicios naturales son muy costosos, además, en muchos casos resulta simplemente imposible.
La exclusión de los valores asociados a la biodiversidad no sólo amenaza a los ecosistemas y las actividades y grupos de interés que dependen de ellos, sino que también pone en peligro a los mismos sistemas alimentarios.
Estos riesgos son aún mayores para las poblaciones que dependen más de los ecosistemas para su sustento. Al mismo tiempo, gran parte de las poblaciones, empresas y gobiernos no pueden afrontar los costos económicos y sociales de largo plazo asociados con la degradación y pérdida de los ecosistemas. Por lo tanto, es crucial tomar en cuenta las contribuciones y los impactos que nuestras decisiones tienen sobre el entorno natural y asegurar que los servicios de los ecosistemas se incorporen en los procesos de planeación de los paisajes agrícolas. Eso minimizará los riesgos y aumentará las oportunidades de un crecimiento sostenible en el largo plazo no solo para estos sectores, sino para otras actividades económicas y grupos de interés.
Resulta estratégico poner énfasis en las áreas dedicadas a la agricultura, actividad pecuaria, pesca o forestería en la planificación del desarrollo sostenible para contribuir al suministro de alimentos, maderas o fibras, sin afectar la calidad del agua u otros beneficios importantes para su desarrollo a largo plazo. De esta forma se garantiza la protección contra la erosión, la polinización de los cultivos y se obtienen muchos otros beneficios.
La necesidad de salvaguardar la biodiversidad y gestionar los recursos naturales de manera sostenible está cada vez más reconocida en los planes nacionales de desarrollo como un instrumento clave para ofrecer alimentos nutritivos a las generaciones presentes y futuras, y lograr la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Probablemente ya has escuchado de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, también conocidos como los ODS. Los ODS son resultado del consenso de 193 países que, convocados por Naciones Unidas, han trazado una ruta hacia la sostenibilidad. Bajo el paradigma actual las dimensiones social, económica y ambiental se reconocen como elementos separados.
En el siguiente video podrás ver un análisis y propuesta de conceptualización de la relación entre los ODS.